Me parece raro que ya el primer semestre termino. Casi como si toda la angustia de estos últimos meses no hubiese existido. Ahora me encuentro inmersa en el universo shoopinistico navideño puertoriqueño, ese universo en donde todo es perfecto, brillante y oloroso hasta que llegue a su destino; luego de eso, hay que sustituirlo por otro nuevo, que sea mas brillante o sofisticado. Si el universo del compra, compra, gasta, gasta, kaching, si no hay cash, hay ah, sino siempre hay visa o mastercard. Por otra parte, fuera de ese universo perfecto, brillante y oloroso, estamos quebrados, en recesión, y debemos ponernos histéricos, apocalípticos, pesimistas. Yo estoy entre esos dos universos, por un lado los anuncios de las noticias que me dan depre y por otro los anuncios de JCPenney . Como hacerle para no volverme loca. Ya las clases han terminado, el tiempo de ocio se ha extendido y me encuentro viendo novelas a las 11 , 7 , 8, 9 . Por una parte quiero estar sin hacer nada, pero el no hacer nada me provoca ganas de hacer cosas, asi que me siento un poco psicótica. Intente poner mi árbol de navidad. Al principio se veía bien , erecto, perfilado, glorioso. Luego de tres caídas intencionales por parte de mi hija de 8 meses, ahora se ve igual de triste que don quijote luego de alguna paliza. mi triste arbolito apenas resiste los embates de la curiosidad humana. Yo, mientras trato de conseguir algo mejor que hacer, me e vuelto adicta a hacer ejercicios, a los macarones con queso a las 12 de la media noche, y a organizar el closet todos los días, que no haya ropa sucia en el pamper, lo que implica lavar ropa todos los días y jugar con mi hija a gatear por toda la casa. Esperemos que mis síntomas de locura navideña se vayan en el crucero, o que al menos regrese sin libras de mas y con un buen sun tan…
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