viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
Curiosidades...
Esperando mi regalo....
miércoles, 29 de diciembre de 2010
lunes, 27 de diciembre de 2010
tristeza..
domingo, 26 de diciembre de 2010
Ejecutiva del hogar
sábado, 25 de diciembre de 2010
Nacarile
jueves, 23 de diciembre de 2010
las tentaciones y otras experiencias humanas
domingo, 19 de diciembre de 2010
Navidad que vuelve
martes, 14 de diciembre de 2010
Prohibido olvidar
lunes, 13 de diciembre de 2010
sábado, 11 de diciembre de 2010
600 horas....y ahora que??
martes, 7 de diciembre de 2010
Aguila
El águila es el ave de mayor longevidad. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40 debe tomar una difícil decisión. A esa edad sus uñas son muy flexibles, por lo que no puede cazar. Su pico largo y puntiagudo esta curvo, apuntando contra su pecho. Sus alas están envejecidas, sus plumas gruesas y pesadas, y volar se le hace muy difícil. Entonces el águila tienen solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación, que durará 150 días.
Este proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña, y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, donde no tenga la necesidad de volar. Después al encontrarse en el lugar, el águila comienza a golpear con su pico en la perder con mucha fuerza, hasta conseguir arrancárselo. Luego, esperará el crecimiento de un nuevo pico, con el que desprenderá sus garras. Cuando nazcan sus nuevas garras, arrancará sus plumas. Pero después de 5 meses, sale triunfante [ara hacer su famoso vuelo de renovación, por 30 años más.
En nuestra vida para continuar un vuelo de victoria muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación. Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos cuyo peso nos impidan avanzar. Solamente libres del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae. Esto implica poner orden en el mundo mental, desechando los recuerdos frustrantes o dolorosos, y quedarnos solo con lo aprendido. Además poner orden el cuerpo, acostumbrado a la pereza o agitación.
Para lograr esto, debemos conocer quiénes somos y hacia donde queremos ir. Como el águila, que la ruta sea siempre hacia arriba y adelante.